Encontré el fondo de un cajón en la basura y ahí surgió Flora, pensando-creando mundos, formas, vegetales, ritmos. Todo surge de su ser, crea con el pesamiento y con la palabra. Resulta más humana de lo que parecía. ¿Acaso no hacemos nosotros lo mismo? ¿ No nos creamos mundos, cotidianeidades que terminamos por creernos, y nos a trapan en una comodidad, a veces masoquista, regentada por el miedo al cambio? Como si fuera posible, fuera de la muerte, no cambiar.
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